video registro / 18 min / color / 2020
https://vimeo.com/474205275
Pieza compartida en NYU Cinema Studies Conference [FRAMES(WINDOWS(MIRRORS))]
Emmanuel Lévinas apoya su teoría ética sobre el rostro. Nadie puede ver su propio rostro a no ser que utilice un soporte externo. El rostro que vemos, es siempre el de un otro que nos hace de espejo. La empatía reside en esa reversibilidad de la mirada atenta proyectada: nos vemos a través del otro.
En las relaciones on-line –más concretamente en los intercambios mediante softwares de videollamada– algo de este rostro pensado por Lévinas tiende a perderse. La distancia física con el interlocutor, el quiebre del espacio-tiempo compartido o la imagen de uno mismo visible en la pantalla son algunos de los factores que dificultan el encuentro con el otro. Siendo así, ¿cabe pensar la perdida irremediable de ese rostro levinasiano o por el contrario, sigue ahí a pesar del nuevo marco digital? Y si sigue ahí ¿dónde es posible encontrarlo?
Con Variaciones Lévinas abordo la cuestión desde el juego performático on-line. En una videollamada (software zoom) comento con el interlocutor las reglas del juego: él o ella tendrán que describir detalladamente los movimientos que hago. Pero a mi vez, yo solo ejecuto los movimientos que ellos/as realizan a modo de espejo. De esta manera, el interlocutor se describe a si mismo. Más tarde o más temprano, el interlocutor advierte el juego especular. Sorteada la risa o la vergüenza, aún puede quedar algo de espacio para verse y relacionarse con el movimiento una vez nos hemos visto y reconocido, esto es, una vez que el rostro levinasiano «se hace presente en su negación a ser contenido».
El resultado es una serie de retratos que trascienden el juego performático. El rostro humano palpita detrás de la representación y deja ver amistad, fragilidad, encuentro, amor.